Desengaños amorosos

Desengaños amorosos es una comedia deliciosa, inteligente y vital de Nando J. López, con el espíritu de Calderón y la voz de María de Zayas. Una gran dirección y unos actores espléndidos consiguen que el espectador salga de la función feliz al mismo tiempo que descubre las profundas reflexiones de una mujer que, en pleno barroco, tenía una mirada tan libre.

María de Zayas fue una escritora del Siglo de Oro que escribió numerosas novelas cortas de tema cortesano y escabroso, en las que se puede encontrar una reivindicación de la mujer, inhabitual para la época. También escribió una comedia, La traición en la amistad, y poesía. Sus ideas feministas fueron una isla anegada por la inundación machista que siguió hasta hoy imperando en la sociedad, la cultura y, en particular, en la literatura.

Don Octavio (Manuel Moya) es un conquistador, ni culto ni inteligente, que lleva un año aceptando las pruebas que le pide Nise (Silvia de Pé) para demostrar su valía y aceptar su amor. Octavio tiene un fiel amigo, Manuel (Ernesto Arias), que esconde sus sentimientos. A la casa de Nise acude buscando refugio Beatriz (Lidia Navarro), ocultando un grave secreto. La declaración de cuarentena en la ciudad, obligará a los cuatro a convivir encerrados en la misma casa y la verdad de cada uno se irá revelando.

Un texto que habla de amor, amistad, honor, fidelidad, venganza, sinceridad, de las relaciones del hombre y de la mujer. Temas universales en el teatro barroco pero aquí con una perspectiva diferente porque la mujer se impone, defiende sus derechos de igualdad frente al hombre y cuestiona muchos valores que la sociedad considera verdades.

La obra es ágil, la palabra está llena de dobles intenciones, las situaciones se suceden a un ritmo endiablado. En todo momento subyace una lucha de géneros que se resuelve con humor, como un juego que encubre una realidad más grave. La partida la gana la mujer.

Si en Desengaños amorosos la palabra es de María de Zayas, la obra es comedia nueva que Nando López ha escrito de forma inteligente. Ha integrado el pensamiento feminista en un enredo desenfadado, alegre; ha convertido el escenario en una auténtica fiesta para los sentidos y la mente de los espectadores.

Es una obra coral en la que todos los actores están geniales en sus papeles. Silvia de Pé, podríamos decir que es el alter ego de Zayas, con voz enérgica, declamación vital, gestos resueltos, consigue multiplicarse por el escenario, mujer culta que nos arroja sus reflexiones con naturalidad y desparpajo. Manuel Moya es el galán simpático, algo engreído e inculto que no le importa serlo ni disimularlo bien; es el personaje más alocado. Lidia Navarro interpreta a una mujer impulsiva, violenta, desesperada y radical al mismo tiempo; su rostro es un volcán de emociones. En contrapartida, Ernesto Arias representa al personaje más prudente y reflexivo, un tipo honesto, de hablar pausado, que acepta su segundo plano en el terreno convulsivo de las emociones.

¡Qué gustazo de actores!

Para que todas estas situaciones, entrada y salidas de personajes, texto veloz y movimiento continuo, funcionen de forma aparentemente espontánea, hace falta una dirección inteligente. Nada fácil lo tenía Ainhoa Amestoy para encajar cada pieza de este entramado y ha sabido encontrar el ritmo perfecto para que todo fluya, para que los actores aporten lo mejor de sí mismos.

La música pone contrapunto, atmósfera y juego en muchos momentos de la acción y del diálogo. Davil Velasco se convierte en un personaje omnipresente que con su viola comenta e ironiza.

La escenografía está dominada por el propio marco del Corral de las Comedias de Almagro: tiene las suficientes entradas y salidas de escena para permitir el dinamismo que requiere la obra. Dos mesas, que luego pueden ser dos camas, completan la escena. Será interesante ver cómo Elisa Sanz traslada este escenario fuera de aquí. Destaca el diseño de vestuario que ha realizado, perfecto para esta obra de aires calderonianos.

Desengaños amorosos es una maravillosa obra que hace las delicias de cualquier espectador al mismo tiempo que nos acerca al pensamiento de una mujer única en su tiempo.

Nando J. López ha creado una obra muy alejada de su dramaturgia habitual y ha vuelto a demostrarnos que es un gran autor. No es una promesa, es una realidad del teatro actual.

Texto: versión libre de novelas de María de Zayas

Versión: Nando J. López

Dirección: Ainhoa Amestoy

Intérpretes: Lidia Navarro, Manuel Moya, Ernesto Arias, Silvia de Pé. David Velasco (intérprete musical).

Ayudante de dirección: Raquel Berini

Escenografía y vestuario: Elisa Sanz

Iluminación: Marta Graña

Música: David Velasco

Producción: Estival Producciones

Festival de Almagro. Corral de las Comedias 6, 7 y 8 de julio de 2018

Duración: 100 minutos

Octavio: ¿Aprueban vuestros padres esas ideas?

Nise: Poco me importa que lo hagan. Mías son, que no suyas, y no hay menester de aprobación lo que se piensa.

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"Desdichadas son las mujeres que se esfuerzan por agradar a un tirano en vez de abandonarlo"

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Beatriz: Digo que tenaz es tu deseo de soledad

Nise: De libertad, Beatriz. Yo no quiero ser sola, sino propia. Dueña de mis noches para compartirlas con hombres dispuestos a divertir mis afanes, no a encadenar mi alma.

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"¡Ay, hombres! ¿Y por qué siendo hechos de la misma masa y trabazón que nosotras, no teniendo más nuestra alma que vuestra alma, nos tratáis como si fuéramos hechas de otra pasta?"