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#Malditos 16


Un texto valiente y comprometido de Fernando J. López. Una obra profunda, que deja huella, que conmueve. Una dramaturgia sensible. Unos actores que nos hacen vibrar en la piel de sus personajes. Una obra que te atrapa desde el principio y no te libera cuando ya ha terminado.







El autor nos dice "A veces necesitamos volver a los lugares donde nos rompemos. Recorrer el camino de regreso al adolescente que fuimos y mirar de frente nuestras heridas, las que se abren cuando nos vemos abocados a elegir quiénes deseamos ser."

Cuatro jóvenes veinteañeros se conocieron en un centro de rehabilitación poco después de intentar quitarse la vida, entonces tenían 16 años. Perdieron el contacto. Ahora, su psiquiatra y tutora los convoca, en el mismo lugar, para formar un grupo de ayuda a otros adolescentes en su misma situación. Antes han de someterse, una vez más, a un cuestionario que supervisa otro psiquiatra y el proyecto ha de ser aprobado por un comité evaluador. El pasado, también presente, reabre algunas heridas.


La historia nos permite ir conociendo poco a poco a esos cuatro adolescentes, tal y como son ahora y, mediante flashbacks, cómo eran en su adolescencia reciente. Sus personalidades complejas, cerradas, como las de muchos adolescentes pero, por sus propias circunstancias, más traumáticas, se irán desvelando. Cuando ellos nos cuentan cómo intentaron suicidarse, cómo se encontraban en esos momentos de crisis (desamparados, solos, sin esperanza, agotados de luchar o buscar una salida a su negra realidad), cuando sabemos qué les llevó a esa situación, nos contagian su grito de desesperación. La dirección, la interpretación y el texto consiguen emocionarnos, enmudecernos, entenderlos.

Estos chicos han sobrevivido, son más fuertes, las heridas pueden todavía sangrar, pero han cambiado. Están otra vez reunidos, con sus dudas, pero con la experiencia de una vida más allá de aquella negrura. Pueden, como recientes adultos, apoyar a otros adolescentes porque los conocen mejor que nadie; pueden demostrarles que se puede vencer esa angustia vital en la que están inmersos.


En esta obra el montaje no es lineal: en algunas escenas asistimos de forma simultánea a dos momentos diferentes en el tiempo. De esta forma observamos un contraste vital muy interesante. A veces, la acción se interrumpe en el momento actual y pasan a ser, de forma abrupta, los chicos adolescentes del pasado; los actores se nos transforman sin transición. Todo esto confiere una vitalidad que es muy necesaria para dinamizar la narrativa y permite, al mismo tiempo, ver la involución/evolución de los personajes. La dirección de Quino Falero es crucial para que resulte todo tan espontáneo, natural. Los actores hacen una interpretación tan realista que empatizas con ellos casi desde el principio. Todos están soberbios. Pablo Béjar ha sido un gran descubrimiento.


La obra expone la idea del suicidio en la adolescencia, una realidad oculta en la sociedad actual. Ese velo tapa un problema que podría atacarse si todas las personas implicadas en la formación de los jóvenes tuvieran más conciencia de la fragilidad, del mundo tan diferente que viven, alejado de la perspectiva del adulto. Sería un inicio para afrontarlo.

No es nada fácil hacer un texto comprometido, de tesis, un texto en el que vuelcas toda la pasión de lo que crees vital y conseguir escribir una obra que perdure por sus valores intrínsecos. Una obra de plena madurez en este dramaturgo que ya ha demostrado que puede escribir magníficos textos como Los amores diversos.


Feliz del vuelo alto que emprende Fernando J. López tras unas obras iniciales convencionales. Si, ahora puedo decir, que podemos empezar a contar con otro gran autor en la dramaturgia española contemporánea. Tiene un gran camino por delante.


#malditos16 es una obra imprescindible, que no debería perderse ningún adolescente, que hace reflexionar a cualquiera que la haya vivido, que es necesaria para cualquier padre, formador o persona que tenga que relacionarse con jóvenes. Id, id, id. Reponed, reponed, reponed.

Texto: Fernando J. López

Dirección: Quino Falero

Actores: Pablo Béjar, Andrea Dueso, Manuel Moya, Paula Muñoz, David Tortosa, Rocío Vidal

Ayudante de dirección: Eva Egido

Escenografía: Arturo Martín Burgos

Vestuario: Rebeca Sanz

Producción: CDN y COART+E

Teatro Español

25 de enero a 5 de febrero de 2017

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