top of page

Comedia sin título (1936) de Federico García Lorca, seguida de El sueño de la vida (2018) de Alberto


Fascinante y revolucionaria obra de Lorca que ha continuado con gran sabiduría, lirismo y cierto riesgo Alberto Conejero.

Federico García Lorca estaba trabajando en su nueva obra cuando fue asesinado. Conocida como Comedia sin título, solo se conserva el primer acto. Se sabe, por diferentes testimonios, que el segundo acto se desarrollaba en un depósito de cadáveres y que existía un esbozo del último.

Alberto Conejero, dramaturgo que ama y conoce en profundidad la obra de Lorca, escribe estos dos actos con el título de El sueño de la vida.







La obra se enmarca en el camino que había emprendido Lorca en su última época, en especial con El público y Así que pasen cinco años. Una obra de crítica social que, al mismo tiempo, quería acabar con la estructura tradicional del teatro: romper con todos los convencionalismos y mostrar un teatro que reflejara la realidad, entre otras cosas.

Conejero sigue la idea de Lorca, continúa con el argumento abierto y lo cierra de forma cíclica. Hay una apuesta arriesgada por parte de este dramaturgo al decidir utilizar algunos versos de Poeta en Nueva York en los diálogos de los personajes, versos oscuros que no son fáciles de interpretar pero tremendamente bellos, de tal fuerza que elevan el nivel lírico de la obra. El monólogo final de la Actriz en el segundo acto es escalofriante.


Los personajes, como si fuera un auto sacramental social, son una representación simbólica de diferentes estamentos sociales: Autor, Actriz, Madre, Espectador/a, Propietario (Hombre), Joven, Criado, Revolucionario (Estudiante).



Expondré algunos de los elementos más interesantes de La comedia sin título.


El prólogo que nos dirige el Autor deja claro, desde el inicio, su idea de teatro, nos plantea sus intenciones con la obra que vamos a ver: no quiere simplemente entretener al espectador, quiere provocar, conmocionar, mostrar la realidad que el público no quiere ver ni oír, quiere tocar las conciencias, emplazar el teatro en la calle, que el sol de la escena queme el rostro, quiere acabar con la poesía utilizada como técnica artificiosa. En suma, traer a escena la vida sin obviar lo menos complaciente de la realidad. El propio Autor (Lorca) es consciente de la dificultad de llevar la vida real al teatro y de que el espectador sea capaz de abrir su mente cuando, de forma paradójica, éste vive en la mentira, en la ceguera, todos los días.


Algunos personajes, como el Espectador, la Espectadora y el Joven, están sentados en las butacas (como parte del público) y se enfrentarán desde allí al Autor. Este recurso refuerza el carácter representativo de los personajes y le permite un juego metateatral constante a lo largo de toda la obra.

El público acusará al Autor de exagerado cuando éste hable de la miseria y el hambre en las calles. A veces la fantasía (la del teatro tradicional, la que uno se construye para no ver) se percibe más real y auténtica que la propia realidad. Lorca reflexiona sobre esta ambivalencia a lo largo de la obra. En varias escenas, por ejemplo, el Criado será insensible a la brutalidad pero se dejará impresionar por los fantasmas de su imaginación.

Aunque los espectadores no aceptan un teatro diferente, tampoco son capaces de entender algunos clásicos. Se está ensayando El sueño de una noche de verano y el Autor se lamenta de la insensatez del público cuando se ríe con esta obra tan sombría, en la que se nos dice que el amor se debe al azar y no es elegido. La ceguera del público que acude al teatro es general.


Comedia sin título también dispara contra la falsedad de los intérpretes de teatro. La Actriz es un personaje que se empeña en declarar su amor al Autor en un lenguaje artificial, exagerado, propio de una representación pero no de una persona real.


En un momento de la obra se oyen disparos que proceden del exterior, ha estallado la revolución en las calles y el Autor quiere abrirle las puertas al teatro. Las posturas se extreman. El propietario del teatro (representación del poder), un personaje llamado Hombre, exige mano dura para los rebeldes que alteran el orden constituido. El Espectador 2º pide que, en nombre del dios vengador, se mate al enemigo (eso sí, es tan inculto que confunde al mahometano con el judío).


Uno de los momentos más irónicos de la obra lo encontramos en la escena donde la Espectadora 2ª grita angustiada por sus hijos en peligro. La Actriz reacciona, no para consolarla, sino para corregir ese grito que le parece poco auténtico y, a continuación, ella interpretarlo con más veracidad. Una vez más nos enfrentamos a la incapacidad de creer en la realidad y considerar más real la imitación de la misma, pero también es una muestra de la falsedad teatral que el autor quiere apartar con la entrada de la vida a la escena (múltiple paradoja).

Comedia sin título es una obra que nos muestra el enfrentamiento social que ya existía en el tiempo que la escribió y que preconizaba la violencia cercana de la Guerra Civil.

Hay una crítica social del poder y de las posturas burguesas: la falta de sensibilidad, la ceguera hacia el prójimo, el utilizar la religión como justificación a todo tipo de actuación, la hipocresía de la caridad, etc.

Por otra parte, Lorca hace una crítica al teatro tradicional y decadente y apuesta, como en obras anteriores, por un cambio radical, acercar la realidad y destruir las barreras de lo falso.

El sueño de la vida

Los personajes siguen siendo los mismos, aunque aparezca alguno más como la Madre y el Estudiante. Alguno de ellos, ante los acontecimientos, evolucionarán y sufrirán una transformación que los acercará a la vida y los alejará de la falsedad. La Actriz se vuelve más humana (su amor por el Autor se vuelve profundo y real, abandona su actitud impostada del primer acto) y la Espectadora 2ª, a pesar de la postura y los reproches de su marido, se abrirá a nuevas ideas.


El acto segundo se desarrolla en el foso y en la guardarropía del teatro, con muertos y heridos tras la entrada de la revolución: una reinterpretación del depósito de cadáveres que permite la continuación del drama y la vida en el propio teatro.


Hay un Obrero muerto y el Autor está agonizante. La revolución se ha extendido por toda la ciudad.


El actor que hace el personaje de Leñador se convierte en la voz cruel, egoísta, incrédula y despreciativa de la realidad brutal que diferentes testigos van narrando. Un personaje sobre el que recae la ironía de su falsedad como leñador cuando éste se opone a que los revolucionarios hagan astillas, verdaderas, de madera con las butacas.


En el lado reaccionario nos encontramos con el Hombre, el Criado que llega a cometer un asesinato por ganarse el favor de éste o El Espectador que, provocador, afirma que las revoluciones fracasan porque "los países no se construyen con palabras y cascabeles sino con plomo y azufre".


Por el otro lado, el agonizante Autor, la neófita Espectadora, la Actriz o el Estudiante Revolucionario serán los personajes del cambio.

El Autor todavía tiene voz para reafirmar su idea revolucionaria en el teatro y la vida "Es preciso romperlo todo para que los dogmas se purifiquen y las normas tengan nuevo temblor..." (en esta ocasión parte del texto extraído de una narración lorquiana).

La Espectadora representa la esperanza de la apertura del público tradicional a nuevas formas de ver el teatro y la vida. Ella reconoce que le gustaban las primeras obras del Autor (Lorca) pero que la curiosidad la llevó al teatro para ver su nueva obra moderna, llena de dudas sobre si es arte. La Espectadora, testigo de la violencia y la muerte, se expresará al final con las palabras de Poeta en Nueva York... una bella forma de hacernos ver que ha llegado su transformación.

El Estudiante retoma las ideas del Autor y defenderá el cambio radical o el cierre del teatro.

Frente a este debate, la Actriz muestra al principio desinterés, lo único que quiere es la salvación de su moribundo Autor, pero luego defenderá su trabajo de actriz como una forma de transformarse y evadirse de la dolorosa realidad.

Al final del segundo acto, el monólogo de la Actriz bebe de los bellos y enigmáticos poemas de Poeta en Nueva York.




El tercer acto transcurrirá en el paraíso... del teatro.


Lo primero que sorprende son los personajes que aparecen en este paraíso ya que no solo están los muertos, el Obrero, el Estudiante y el Autor, sino también el Joven.

Los diálogos se vuelven más oscuros, hay que seguir el pulso poético de las palabras, las imágenes y emociones que provocan las frases llenas de lirismo, extraídas la mayoría del propio Lorca.

Ha pasado el tiempo, oyen desde el paraíso al público entrar en el teatro y ellos siguen debatiendo.

El Autor hace una defensa de su teatro revolucionario: "esta noche voy a levantar la cortina sin saber a qué", "voy a llevar a escena temas terribles, terribles" en su idea de despertar las mentes y trasplantar la realidad a la escena. Y también hace una defensa de esperanza para el teatro frente a los acontecimientos violentos del mundo y para toda esa gente que tiene ojos nuevos para el teatro (los hombres del campo, de los arrabales) ...proyectar la luz desde arriba, desde el paraíso...

El Autor es un héroe que sigue teniendo fe en el cambio y en el espectador que ame esa transformación.


Las palabras del Autor expresan sentimientos llenos de pasión y fuego que parecen brotar de este nuevo autor, Conejero, que podría ser la voz de otros tantos autores que busquen lo mismo. Palabras que dejan sin aliento, que sobrevuelan llenas de lirismo y significado.


"No puedo escribir nada, sin una sola línea, porque se han desatado y andan por los aires la verdad y la mentira, el hambre y la poesía. Se me han escapado de las páginas".

Y todo vuelve a empezar... abajo el telón.


Hay muchos más aspectos que se pueden comentar y analizar de esta obra. Comedia sin título ha sido objeto de estudios cualificados y en el prólogo del libro se apuntan más ideas, como el aspecto mesiánico del Autor, por ejemplo. Aquí he apuntado lo que me ha sugerido este maravilloso drama, y no todo.


Esta brillante obra, sin pretender serlo, parece escrita por un solo autor con dos voces. Una energía lírica y revolucionaria que ha revivido en otro siglo para brotar con nuevos diálogos.

Editorial: Cátedra

"Ese concepto del arte por el arte es una cosa que sería cruel si no fuera, afortunadamente, cursi"

Busco...
PRÓXIMOS RETOS
OBRAS DE TEATRO
OBRAS DE LITERATURA

Únete ahora a nuestra lista de correo

bottom of page