Los rebeldes (1930/1988) Sándor Márai
LITERATURA
"Los rebeldes" es una de las primeras novelas maduras de Sándor Márai aunque la revisó al final de su vida y desconocemos el alcance de las modificaciones que realizó.
Lejos de sus grandes obras, complejas e impactantes, como "El último encuentro" o "La mujer justa", este libro ofrece el suficiente interés para leerlo y presenta un desenlace filosófico y social que nos hace reflexionar sobre la complejidad de la diferencia de clases.
En plena Gran Guerra cuatro jóvenes se acaban de graduar y tendrán que afrontar su incorporación a esa contienda que, en su ignorancia, no les preocupa en exceso: la guerra sólo pasa por las vías del ferrocarril. Son un grupo de adolescentes que rechazan la vida de los adultos, que quieren vivir su mundo según sus propias reglas: beber, fumar, criticar a los adultos, robar objetos apreciados en sus familias para almacenarlos... Ábel es hijo de un médico y Tibor de un importante militar, sus padres están luchando desde hace mucho tiempo en el frente. Béla es el hijo de un rico comerciante y Erno de un modesto zapatero. Aunque Erno aspira a cambiar su vida, sabe que no parte de las mismas condiciones que sus compañeros. Al grupo se une, en alguna ocasión, el hermano de Tibor que ha vuelto de la guerra manco, un personaje que oscila entre el mundo de los adultos y el de los jóvenes. Un actor cómico en declive, Amadé, les abrirá las puertas a su mundo y será, al mismo tiempo, el instrumento desestabilizador de la pandilla.
La novela transcurre a un ritmo pausado, el autor nos va introduciendo en las extrañas andanzas de los jóvenes. Al principio parece que Ábel va a ser el hilo conductor de la historia, algo le corroe desde el principio, pero irá perdiendo importancia en el transcurso de la novela que va pasando de un personaje a otro.
El conflicto emocional de los protagonistas se va definiendo poco a poco: descubriremos que Tibor se aburre con la pandilla, intenta disimularlo pero no aprecia a sus compañeros, ni siquiera a Ábel, su gran admirador; Béla será el rebelde independiente que roba dinero de la tienda para comprar objetos inútiles, provocará al principio desconfianza en el resto del grupo pero, al final, su acto de rebeldía transgresora impulsa al resto a cometer pequeños hurtos en el contexto familiar; Erno será el compañero en desventaja, siempre ninguneado por el resto...
Puede desconcertar al lector el comportamiento irracional de los jóvenes, la conversación del zapatero llena de exacerbado rencor hacia los ricos o el ridículo personaje del actor pero la obra, precisamente por eso, resulta más realista, sin intentar explicarnos las actitudes de los seres que pueblan sus páginas.
La novela adquiere fuerza en su parte final cuando todos los conflictos que subyacían acaban estallando y aclarando la realidad que se esconde en una aparente convivencia armoniosa. Justo antes del conflicto final, casi planteado como un desenlace de una novela detectivesca, Márai nos regala uno de sus diálogos impresionantes, una conversación untuosa del prestamista con Ábel y Tibor que no tiene desperdicio: tras la falsedad se abre la fría manipulación del mundo adulto que pilla por sorpresa a los dos jóvenes.
Para llegar a esa escena en la que el escritor nos deslumbra con su genio característico, nos hace pasar por anécdotas contadas sin fuerza, una divagación narrativa que acompaña unas andanzas erráticas de unos jovenzuelos. Si, nos deja vislumbrar poco a poco los pensamientos de esos chavales inmaduros, que arrastran el germen de su vida adulta, nos deja alguna reflexión, pero no consigue redondear el relato. Quizá la escena que antes comentaba, el diálogo con el prestamista, en realidad fue escrita con posterioridad.
"Los rebeldes" es una novela para amantes de Sándor Márai como el que os escribe.
Editorial: Salamandra
Páginas: 252
