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Muelle Oeste



El extraño y brutal universo de Koltés vuelve a golpear al espectador con "Muelle Oeste", una crítica directa y sin concesiones a nuestra sociedad y a la deshumanización. Teatro de compleja interpretación pero fascinante y, sobre todo, convulso. César Barló y la compañía AlmaViva resucitan con toda su fuerza esta obra injustamente abandonada (mucho tiempo sin representar y sin estar editada en español).






Un hombre y una mujer, vestidos como si salieran de una fiesta, se pierden en el muelle. La noche es oscura y acaban en un hangar abandonado en el que se encontrarán con los desheredados de la sociedad: maleantes, vagabundos, inmigrantes que malviven. El hombre rico, Mauricio, confiesa que ha estafado, malgastado el dinero y se encuentra sin salida, ha decidido suicidarse en las sucias aguas del muelle y se desprende de sus pertenencias; la mujer, Mónica, se encuentra atrapada en el lugar, indefensa, pero sin descuidar su apariencia... Mauricio será rescatado de las aguas para exprimirlo. Poco a poco, los miserables irán teniendo su propia voz, Carlos y su joven hermana seducida por un chulo, la madre de ambos, un viejo del lugar, un ser misterioso que no se mueve en toda la obra y sólo murmura pero parece el capo del lugar...


En el escenario una rampa entre humo de la que caerán los personajes y no volverán a salir. La bruma permanecerá a lo largo de la obra.


El choque entre los dos mundos, riqueza y pobreza, es frontal pero todos los personajes, por diferentes motivos, son duros, egoístas, mentirosos y explotadores. Asistimos a una fauna social salvaje que utiliza el lenguaje como arma antes que la amenaza física que, no obstante, siempre subyace y genera una atmósfera inquietante (y acabará por desencadenarse).

Nadie está a salvo, los personajes rodean al público, se mueven por las butacas, nosotros también formamos parte de este mundo aunque queramos estar en otro plano. Nos miran, se mezclan, nos impiden la confortabilidad o puede que nos acusen de ella. Este recurso escénico se utiliza con frecuencia y, en ocasiones, dificulta la visibilidad de las escenas (cuando están pegados al espectador, éste disfruta un primer plano apasionante, a cambio).


La obra parte de una situación aparentemente realista pero enseguida se percibe la extrañeza o disonancia en el diálogo, en las reacciones de los personajes, sin llegar al pleno absurdo pero alejándose de cierta lógica, de lo esperable; hay una segunda intención o interpretación, más allá de lo que directamente expresan los personajes, se intuye, no siempre se encuentra la clave. Por encima de todo queda la atracción por lo que nos cuenta y cómo lo cuenta, la poética obscena que subyace entre la brutalidad de lo que vemos, la crítica detonadora.


César Barló dirige esta obra como si fuera el propio Koltés y tiene un equipo de actores increíbles que interpretan sus personajes con toda la pasión y la ironía necesaria, la gravedad sin dramatismos.



La obra es exigente, en ocasiones redundante, pero siempre atractiva y retadora. Una representación de la que no sales indiferente, con múltiples ecos que permanecen tras la experiencia vivida.




Texto: Bernard-Marie Koltès

Dirección: César Barló

Intérpretes:

Mauricio Koch: Juanma Navas Mónica: Teresa Alonso Carlos: José Gonçalo Pais Abad: David Ortega Clara: Paula Susavila Fak: Moisés Chic Cecilia: Natalia Rodríguez Rodolfo: Samuel Blanco

Escenografía: Juan Sebastián

Vestuario: Karmen Abarca

Espacio sonoro: AlmaViva Teatro

Iluminación: César Barló

Producción: AlmaViva Teatro

Teatro: Sala Mirador Del 3 al 19 de marzo de 2023

Duración: 110 minutos

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