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Principiantes



Atractiva propuesta que acabó por producirme desinterés. Su vacío de contenido sólo se sostiene por la buena interpretación del elenco y por la espera de que habrá algo más, pero que no llega.






Asistimos a una introducción con una historia breve y violenta en la que un hombre borracho se enfrenta a su mujer y agrede a su hija. Los actores, mientras recolocan mobiliario, nos van diciendo que ahora van a interpretar a otros personajes, hacen su presentación y entramos en la verdadera historia objeto de la función. En torno a una mesa dos parejas, que apenas se conocen, conversan entre copa y copa, antes de salir a cenar. Una de las parejas lleva un año casada, todavía mantiene la ilusión de lo nuevo, el enamoramiento juvenil y, en oposición, el otro matrimonio muestra las fricciones de la convivencia, el desgaste de los años. El alcohol irá liberando la situación convencional y ahondará en la realidad oculta de los personajes. Es lo esperable, pero pronto nos damos cuenta que no hay mucho que exponer en esta propuesta de Juan Cavestany (autor de la adaptación del relato) y Andrés Lima (director de la función).


El personaje que interpreta Javier Gutiérrez es un hombre al que le gusta hablar, demostrar su sabiduría y experiencia, con actitudes machistas. Su matrimonio arrastra un pasado de relaciones previas de cierta carga violenta. Más allá de este retrato no encontraremos mucho más, sus discursos y monólogos resultan vacuos: toda la perorata sobre el amor, el amor sexual, el amor sentimental, puros topicazos; los relatos sobre su pasado generan una expectación que defrauda. Andrés Lima, para dar intensidad a "estos momentos" hace que Javier Gutiérrez se siente en la tarima y nos lo cuente cara al público, de espaldas al resto de personajes (en ese momento se convierten en actores en espera, rompe toda empatía con el drama representado). No entraré en la pobreza argumental de lo que cuenta el joven matrimonio, nulos contrincantes dialécticos.

Otra elección "modernizante" en la dirección, que produce cierta frialdad, es la continua referencia a los cambios de luz que el actor Daniel Pérez Prada nos va narrando cada pocos minutos, cara al público, por supuesto.


Los momentos musicales (a todo volumen), más parecen relleno que interludios, rompen el ritmo de la obra, ahondan en el alejamiento hacia lo representado; sólo me pareció justificado el que sirve para bailar entre ellos, aunque el vídeo entorpezca la atmósfera con la proyección de los actores "gigantes" bailando en blanco y negro. No quiero terminar esta crítica sin mencionar el gran trabajo de iluminación por parte de Valentín Álvarez, creador de la atmósfera cambiante de lo representado.


El buen trabajo de Javier Gutiérrez y el descubrimiento, personal, de las cualidades actorales de Daniel Pérez Prada, es lo más destacable de esta experiencia.



Texto: cuento de Raymond Carver

Adaptación: Juan Cavestany

Dirección: Andrés Lima

Intérpretes: Javier Gutiérrez, Mónica Regueiro, Daniel Pérez Prada, Vicky Luengo

Ayudante de dirección: Laura Ortega

Escenografía y vestuario: Beatriz San Juan

Iluminación: Valentín Álvarez

Diseño videocreación: Miquel Àngel Raió

Música: Jaume Manresa

Producción: Teatros del Canal, ProduccionesOff, Vania y Carallada

Teatro: Teatros del Canal Del 12 de enero al 5 de febrero de 2022

Duración: 80 minutos










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