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Brújula (2015) de Mathias Enard


El premio Goncourt 2013 ha recaído en esta novela que es un apasionante buceo en el mundo de los orientalistas: intelectuales o aventureros occidentales que se han visto atraídos por ese universo tan diferente y extraño a nuestra cultura, geografía y conceptos. Es un libro que hay que leer tranquilamente, dedicarle el tiempo necesario para saborearlo. Un libro denso, lleno de anécdotas, historias y datos. Si en las primeras cuatro o cinco páginas ves que no te gusta, no sigas. La lectura de este libro exige un esfuerzo que, en mi opinión, compensa con creces.






Franz Ritter, en una noche fría y lluviosa en Viena, no puede dormir. Está inquieto, pendiente de unos resultados médicos que confirmen la gravedad de su enfermedad. En sólo una noche, hasta la madrugada, irá recordando toda su vida llena de viajes por Oriente, como musicólogo y orientalista. Nos irá contando, de forma desordenada, como ocurre en nuestros recuerdos, sus viajes por Estambul, Damasco, Alepo, Teherán, Palmira, el desierto sirio.... Nos describirá el mundillo de los investigadores. Nos relatará la inusual relación de tantos intelectuales con ese lejano y exótico Oriente a lo largo de la historia: anécdotas sobre Balzac, Chopin, Chateaubriand, Mendelssohn, Wagner, Lawrence de Arabia y muchos otros ilustres conocidos, o no. En los recuerdos personales del protagonista aparece siempre Sarah, un amor que le ha torturado hasta el final de sus días.


Esta novela está cargada de relatos curiosos y de datos sorprendentes. Algunas interesarán más o menos conforme a nuestras preferencias personales pero, ante esta enciclopedia anárquica de la influencia histórica de Oriente sobre Occidente, siempre hay muchos relatos que acaban apasionando. También hay continuas referencias, inevitable, a la trágica situación actual de estos países.

Se podrían escribir varias novelas sobre la vida de los personajes reales que van apareciendo en este libro. Algunas historias tan fascinantes e increíbles que podrían ser novelas de espionaje o melodrama. En la última parte del libro, más lineal en el tiempo, Enard se detiene en una descripción de la revolución iraní.

Subyace una melancolía a lo largo de todo el libro, no sólo por esa noche solitaria y llena de recuerdos del protagonista, sino también por tantas vidas que, por el arrollador destino, fueron vapuleadas si no destrozadas.


El autor, en una novela larga como es ésta, nos va dejando muchas reflexiones. Varias dedicadas a la distorsión de la realidad del occidental: viajar cargado de ideas preconcebidas provoca no ver la realidad sino un mero reflejo de lo esperado, del exotismo; la imaginación se superpone a la realidad. Por otra parte, la ceguera puede ser interesada "hay en todo régimen policial una cierta comodidad para los extranjeros, una paz enguantada y silenciosa".

Digresiones sobre la fotografía (hoy un arte rebajado), el amor, la atracción del morbo, la locura, la Primera Guerra Mundial y la utilización del yihadismo por la Alianza, la sociedad actual en Irán, etc. También digresiones intelectuales sobre música, literatura, arqueología... en el mundo de los que miraron hacia Oriente. Una auténtica miscelánea por la que dejarte perder.



Resulta sorprendete que en algunas ocasiones Enard utilice en sus descripciones expresiones vulgares, fuera del lenguaje utilizado a lo largo del libro. Comentarios tan banales como "menuda atrocidad" por el hecho de morir ahogado por un ataque o frases como "al que estuvo bailando el agua durante años" refiriéndose a la actitud de Wagner con Meyerbeer, "a trancas y barrancas" o "fulanito / zutanito / menganita", son otros ejemplos. Por otra parte, hay algunas argumentaciones espurias o que caen en el juego por el juego (poco frecuentes). Para completar los aspectos negativos de la obra, que son pocos, el relato resulta a veces confuso, la desorganización, justificada por la elección narrativa tomada por el autor, puede llegar a un extremo difícil de seguir; es el momento de hacer una pausa y volver a dejarte absorber por el siguiente episodio.


Brújula es una aventura hacia el conocimiento, sin pretensiones aleccionadoras, que te sorprende, entretiene y apasiona. Una novela para recomendar.




Mathias Enard (1972) es un escritor que nos sorprende por su talento, profundidad y sensibilidad. Desde su primer escrito en 2003 ha publicado nueve libros. "Calle de ladrones" es uno de los libros imprescindibles de la narrativa actual.


Todos los premios son discutibles y es absurdo pretender que siempre coincidan con tu criterio. Dicho esto, el premio Goncourt es el que más coincide con el mío en la última década. Es casi tan antiguo como los Nobel: el primer premiado fue en 1903. Se concede por una obra concreta y la condición es que el autor sólo es premiado una vez. La mayoría de los escritores no son conocidos actualmente. Por nombrar algunos que sí lo son: "A la sombra de las muchachas en flor" de Proust, "La condición humana" Malraux, "El mar de las Sirtes" de Julien Gracq o "Los mandarines" de Beauvoir.


Editorial: Random House

Páginas: 448

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