Sed
Sed es un drama actual, arriesgado, con un gran texto de Alejandro Butrón, diálogos precisos, sensible dirección y dos actores que hacen creíbles tan difíciles papeles. La obra inquieta, incomoda, angustia y te ata a la butaca en esa imprevisible y difícil evolución argumental. Aborda con honestidad un tema que permanece tabú en nuestra sociedad y solo vemos su perfil de crónica de sucesos.
El argumento de Sed aparece en la reseña que te entregan en la sala, en la que se destripa el tema principal. Advierto que aquí también lo voy a contar.
Una pareja feliz tiene un hijo de cinco años. Un sobrino está pasando unas semanas con ellos. El marido quiere que se vaya, no aguanta más. Al fin, le confiesa a su mujer un secreto que lo tortura, una obsesión contra la que lucha: siente deseos pedófilos, aunque nunca ha tocado a ningún niño. ¿Cómo sobrellevar la confesión de él e intentar salvar la pareja? ¿Cómo resolverá él su pulsión sexual, su sed, para no caer en algo aborrecible moralmente como es la pederastia?
El conflicto moral que tiene ese hombre consigo mismo; el rechazo, las dudas y la desconfianza de ella y, al mismo tiempo, el amor que siente por su marido; el intento de solucionar el problema dentro de la pareja...
Grandes preguntas sobre la naturaleza humana, la convivencia del amor, los límites del individuo. Preguntas que nos plantean y nos llevamos después de ver la obra, que discutimos, que nos afectan aunque el tema pueda parecer lejano. Un texto sin concesiones de Alejandro Butrón con el mérito adicional de sacar a la luz la pedofilia, una realidad que vemos a través de la crónica de sucesos, pero que se oculta, y evita que se planteen soluciones cuando quizá se pueda prever. Digo mérito adicional porque la calidad del texto está más allá del tema social que quiere plantear, nos habla del ser humano. Un gran valor en un tiempo en el que la importancia de lo social puede acabar convirtiendo la obra en un panfleto o discurso (que además se aplaude y premia). Aquí hay mucho más, aquí hay una gran obra, un trabajo profundo de texto.
Llegados a este punto, supongo que extrañará que Sed me haya parecido una buena obra (***) y no una excelente representación. Hay varios aspectos que podrían mejorarse: el espacio escénico del teatro que no facilita la inmersión en el drama; alguna escena sin la necesaria transición emocional (la noche que se quedan solos y ella intenta seducirlo, por ejemplo); los actores que realizan un gran trabajo, muy convincente, pero que no nos transmiten todo el potencial de esa pareja al borde del abismo; la tensión continua, sin cambio de ritmo, que no permite sosegar las emociones que nos produce la situación. No son aspectos negativos en sí mismos, la tensión continua es un buen recurso buscado, pero la conjunción de ellos hace que un gran texto no alcance toda la altura a la que podría llegar. Quizás exijo demasiado, pero es que el tema y el texto me han subyugado.
En definitiva, una obra que hay que ver. Una obra a la que auguro larga vida (a pesar de la falta de apoyos al teatro).
Texto: Alejandro Butrón
Dirección: César Barló
Actores: Sauce Ena, Mariano Rochman
Escenografía y vestuario: Juan Sebastián Domínguez
Iluminación: César Barló
Producción: Doble Sentido Producciones
Teatro Lara
7 de febrero al 11 de abril
