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Smoking Room


Todos hemos tenido un compañero plasta o un trepa, hemos mantenido conversaciones que no nos interesan en el trabajo. A veces alguien ha propuesto una idea que a todo el mundo le parece estupenda pero luego... Hemos visto o sufrido el miedo al despido, la ambición, las manías de cada uno. Todo esto, con algo de ironía y mucho de cinismo, es lo que vais a encontrar en Smoking Room.






En una empresa se prohíbe fumar y los empleados tienen que hacerlo en el exterior, en la terraza, expuestos al frío en invierno. Uno de los trabajadores decide recoger firmas para habilitar una habitación para fumadores. ¿Alguien duda que no va a ser difícil que los trabajadores se unan para conseguir un objetivo común? Esta excusa argumental sirve para ir conociendo a los distintos empleados de una empresa de oficinas cualquiera.

La obra refleja con gran acierto el microcosmos del mundo del trabajo, las relaciones impuestas con gente que no tiene nada que ver contigo pero que se han convertido en tus compañeros forzosos. Uno de los elementos más habituales en este tipo de relaciones son las conversaciones superficiales, que lo siguen siendo incluso cuando se revisten de temas 'importantes', conversaciones que rellenan nuestras largas horas laborales. Esto nos provoca la penosa incomunicación en el contexto paradójico de la conversación, algo bastante trágico.

Smoking Room nos habla también de la miseria de la fauna humana, el egoísmo que se exacerba, con disimulo y buenas formas, cuando nos sentimos frágiles, cuando pensamos que nuestro empleo está en peligro; la ambición, la manipulación, la insolidaridad...

Los actores realizan una interpretación coral muy convincente y consiguen evocarnos a tipos que hemos conocido.

Hay una escenografía minimalista que resulta necesaria para reforzar el tema tratado: mesa, silla, mamparas... todo en tonos grises como las vidas de los que trabajan allí.

La buena dirección permite que fluyan todas las situaciones a buen ritmo y con naturalidad. Hay en el texto alguna escena con la verborrea necesaria para que nos metamos en la situación, sin excesivas prolongaciones. El texto está cargado del cinismo que se desprende de la observación de la conducta humana y es el que nos provoca múltiples sonrisas a lo largo de toda la función. Pero por otra parte, echo en falta mayor profundidad en la definición de la personalidad de los personajes, muchas veces quedan solo perfilados por sus conversaciones banales y esto me ha pesado en la valoración de la obra.


No he visto la película original (2002) en la que se basa la obra de teatro y que fue dirigida por el propio Roger Gual, así que no puedo establecer ninguna comparación. Sin embargo, la obra funciona como si hubiera sido escrita directamente para la escena, no encontramos los típicos defectos de adaptación.

Smoking Room es una buena obra que se disfruta por su ironía y cinismo, aunque haya mucho de triste tragedia del ser humano, y en la que todos nos podemos ver reflejados en ese juego de las relaciones convencionales del mundo laboral.

Texto: Julio Walovitz y Roger Gual

Dirección: Roger Gual

Actores: Secun de la Rosa, Miki Esparbé, Manuel Morón, Pepe Ocio, Manolo Solo, Edu Soto

Ayudante de dirección: María San Miguel

Escenografía: Almudena Bautista

Vestuario: Santiago Tello

Iluminación: David Picazo

Producción: Octubre Producciones, Fran Ávila Prod. y Distribución, Rubio Produccions, Flower Power y Ángel Ávila con la colaboración de Teatro del Bosque de Móstoles

Teatro: Pavón Teatro Kamikaze

12 de octubre a 19 de noviembre de 2017

Duración: 90 minutos

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