top of page

Mammón



Mammón es una genial propuesta escénica por su forma de utilizar y mezclar elementos extrateatrales para contarnos una historia original y alocada, con unos actores desbordantes. Una atípica obra en nuestro panorama teatral que resulta imprescindible para los amantes del teatro, más allá de los valores del texto, que no son tan redondos.


A escena salen dos actores, Irene Escolar y Ricardo Gómez, para decirnos que no se va a representar Mammón. Durante media hora nos van contando, apoyados en la lectura del diario de los creadores de la obra y en imágenes grabadas, cómo se generó la idea y cómo intentaron sacar el dinero que les faltaba para sacar adelante el proyecto.

Mammón es un dios fenicio que bajó a la Tierra para sacar de las penurias a su pueblo. Les descubrió que el oro podía ser utilizado para comprar víveres... y todo acabó en la devastación de este pueblo por la codicia. Este relato mitológico servirá a Marcel Borràs y Nao Albert para hacer una superproducción teatral con toques sociales al abordar, al mismo tiempo, la situación actual de Siria. La idea la venden a los Teatros del Canal y a un prestigioso teatro belga, se convertirá en una coproducción. Al final la subvención belga cae y tienen que sacar los ochenta mil euros perdidos para poder estrenar la obra. Deciden que con los cuarenta mil euros de Canal se irán a Las Vegas para apostar y conseguir lo que les falta. Allí contactarán con un experto en el juego, conocerán una chica de barra y algunos estrambóticos individuos. Sexo, drogas, apuestas, partidas de póker, mafia, borracheras... un auténtico desenfreno.


Como podéis ver el argumento es alocado y caótico, pero se representa como si fuera una reconstrucción de hechos que realmente han ocurrido. Al inicio parece una conferencia con lectura y proyección, con leves interrupciones explicativas. Cuando la acción transcurre en Las Vegas, predomina la representación teatral de los acontecimientos sin abandonar la ruptura de la cuarta pared, el discurso no lineal, la cámara en mano, el micrófono o las proyecciones.

No desentraño nada que no se pueda intuir desde el principio de la aventura en Las Vegas si digo que el círculo de la maldición de Mammón se puede cerrar.


Toda esta historia se presenta con la seriedad que requiere la exposición de unos hechos "reales", pero se desprende, en el fondo, un humor lleno de cinismo, que se convierte en puro desenfreno en la parte de Las Vegas, con unos personajes variopintos y unas situaciones propias de una despedida de soltero al modo del "Gran Lebowski".

En realidad, estamos en una obra de teatro muy próxima a la corriente narrativa de ensayo-ficción o el falso documental, que va perdiendo seriedad conforme las situaciones van perdiendo control.


Hay dos grandes polos que convierten esta obra en una función excepcional. Por una parte, la disparatada historia que nos van contando con acúmulo de situaciones y personajes chocantes, peculiares, que nos enfrentan como si realmente hubieran ocurrido. Y por otra parte, la mezcla de estilos y de puesta en escena que nos atrapa y sorprende: pseudo-documental proyectado, narración, metateatro, teatro escenificado, filmación cámara en mano...

A todo esto hay que sumar la excepcional interpretación que nos ofrecen todos los actores, empezando con el huracán de Irene Escolar, capaz de ser una seductora jovencita o una china de armas tomar. Manel Sanz con su personaje que parece sacado de una película americana, un Dylan manipulador y a la vuelta de todo. La caracterización de unos personajes tan extremos contrasta con los actores haciendo de ellos mismos.


Dicho todo esto, tengo que añadir que al texto de la obra le falta cierta profundidad, muy al servicio de la forma y el humor, sin ningún trasfondo más allá de hablarnos de las dificultades de sacar los proyectos teatrales y de la corrupción que conlleva el dinero, o el homenaje al cine norteamericano, por ejemplo.


Mammón es una función impresionante, inteligente, pero que tras valorar el genio de su mecanismo, la lectura de sus valores decae. No es una obra maestra, pero se vive intensamente.


Creación y dirección: Nao Albert y Marcel Borràs

Intérpretes: Nao Albert, Marcel Borràs, Irene Escolar, Ricardo Gómez, Manel Sans

Escenografía y vestuario: Jose Novoa

Iluminación: Adrià Pinar

Realización del documental: Guillermo A. Chaia

Diseño de sonido: Igor Pinto

Producción: Teatre Lliure y La Brutal

Teatro: Teatros del Canal 14 marzo a 1 abril 2018

Duración: 100 minutos

Busco...
PRÓXIMOS RETOS
OBRAS DE TEATRO
OBRAS DE LITERATURA

Únete ahora a nuestra lista de correo

bottom of page