Los días de la nieve
Los días de la nieve es un bellísimo texto, poético y sencillo, sensible, un regalo para los oídos y el alma, lleno del sentir de una vida entera. Ecos de una época, de una forma de vivir y sobrevivir, pero también ecos eternos, llenos de amor, angustia, resignación y felicidad por lo vivido. Alguna lágrima pero sobre todo la sonrisa del eterno recuerdo.
Los días de la nieve es ya un clásico del teatro.
Josefina Manresa, viuda de Miguel Hernández, entre puntada y puntada, va contando su vida a una joven clienta mientras termina de coser el vestido azul mar que le ha encargado. No sabe Josefina por qué su lengua se ha desatado, tiene ganas de ir contando sus pasadas alegrías y tristezas, sus recuerdos, reflexiones de una vida que le dejó una gran huella, de un amor y unos hijos.
En el ambiente íntimo del cuarto de costura, entre los retales, la máquina de coser Singer y el baúl de los recuerdos, no deja de trabajar en ese vestido como el mar.
La voz de Hernández, no solo en algunos de sus versos, sino a través de la voz de su mujer. La vida de un hombre que la guerra destruyó, admirado pero también conocido, aceptado, en sus aspectos más imperfectos. Una mujer que, como otras mujeres, tiene una historia que contar, una voz que testimoniar.
El lenguaje de Conejero consigue esa difícil mixtura de la poesía convertida en palabra cotidiana que solo unos pocos dramaturgos han conseguido. Cuando disfrutas de una obra como esta parece todavía más lógico que sea el autor que ha continuado la inacabada Comedia sin título de Lorca.
Los días de la nieve es un monólogo que Rosario Pardo interpreta de forma entrañable, llena de intimidad, una dicción natural que pasa de la lectura de cartas o recitado de poemas a la conversación o diálogo consigo misma con la mayor espontaneidad. La dirección de Chema del Barco permite ese fluir de lenguajes diversos con gran acierto y confiere vitalidad al monólogo con el continuo y lógico deambular del personaje por el cuarto de costura, cosiendo en la máquina, poniendo alfileres, dirigiéndose a la clienta. Ese movimiento refuerza los momentos en los que Josefina se queda quieta, cuando el recuerdo más entrañable se impone y la deja en suspenso. Una dirección e interpretación atentas al detalle para que el texto respire y vuele alto.
Un clásico del teatro contemporáneo y de siempre. Una obra de Alberto Conejero imprescindible. El montaje que se merecía Los días de la nieve.
Texto: Alberto Conejero
Dirección: Chema del Barco
Intérprete: Rosario Pardo
Ayudante de dirección: Juan Vinuesa
Vestuario: Pier Paolo Álvaro
Teatro: Teatro del Barrio 7 de abril a 13 de mayo de 2018
Duración: 70 minutos
