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Amor Fati o cómo llegué a operarme de glaucoma


Comedia desenfadada y alocada en torno a una familia separada. Un show humorístico con toques metateatrales y surrealistas.


El alter ego de Yaiza Ramos nos cuenta su vida y la de su familia. Su relato formará parte de un trabajo de sus estudios. Veremos cómo se conocieron sus padres, ahora divorciados, los recuerdos de la abuela y la tía, las visitas al oftalmólogo... Su familia tiene una enfermedad silente, un glaucoma congénito, que ha marcado el destino y la obsesión de la protagonista.


El relato, contado con ritmo paranoico, con micrófono en mano, resultará disparatado, errático, caótico, casi circense en las partes de pelea familiar. La protagonista quiere representar su historia e intenta que sus padres se atengan a sus papeles y, cuando no lo consigue, sustituye a cualquiera de los dos por una actriz... Ficción y pseudorealidad se entremezclan.

La historia es original por la forma de llevarla a escena y por el tema del glaucoma aunque, en el fondo, es un argumento más sencillo de lo que aparenta: una hija desequilibrada que ya no aguanta a su padre y su madre con sus continuas peleas, que quiere contar su vida y sus traumas en un trabajo que tiene que entregar.


La obra nos hace sonreír en los momentos más disparatados, mantiene el interés a pesar del exceso verborreico, que de forma puntual nos agota. Como en la vida real, cuando alguien no para de hablar acaba por repetirse y en Amor Fati también ocurre.

Por otra parte, no consigue atraparnos en su intento de implicar al público ni en las alocuciones directas. Es un montaje que precisaría pulirse un poco más.

Cristina Bertol está perfecta en su papel de una hiperactiva Yaiza Ramos y la caracterización del resto de los actores está muy lograda. La dirección juega con todo el espacio escénico, de escaso atrezzo, e incluye las escaleras de las gradas y algunos asientos junto a los espectadores; además, parte del público se coloca dentro del escenario. Los actores se mueven y dirigen hacia todos los ángulos, en un intento de englobar a todos y anular la cuarta pared. Todo a un ritmo frenético, algo agotador.

Amor Fati es una obra entretenida que disfrutarán más los amantes del humor con micrófono, no sé si me entendéis. A mí me dejó unas cuantas sonrisas.

Texto y dirección: Yaiza Ramos

Intérpretes: Cristina Bertol, Montse Gabriel, Josep Maria Riera, Horten Soler

Escenografía y vestuario: Nacho Nava

Ayudante de producción: Elena Lara-Cortés

Teatro: Nave 73 Domingos de abril de 2018

Duración: 70 minutos

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