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El burlador de Sevilla

Un privilegio disfrutar de versiones clásicas como la que nos ofrecen aquí con El burlador de Sevilla. Dirección dinámica y actual, respetuosa con la obra de Tirso de Molina, con un gran Raúl Prieto como Don Juan. Añadimos una buena iluminación, escenografía y vestuario, y tenemos una función redonda.



El burlador de Sevilla es la primera obra que recoge el mito de Don Juan, una obra atribuida a Tirso de Molina aunque su autoría es discutida por algunos expertos.

El telón del teatro es una original proyección que nos presenta las portadas de libros sobre Don Juan, obras de diferentes autores y diferentes estudios.

La primera escena se abre con un baile de máscaras que portan fragmentos del rostro de Don Juan.

Argumento: Don Juan seduce a la duquesa Isabela haciéndose pasar por su novio. Cuando ella descubre el engaño, Don Juan huye y se esconde en una de las habitaciones para esquivar a sus perseguidores. Es descubierto por su tío Don Pedro Tenorio que tendrá que ayudarle para no entregarlo al rey. Don Juan abandona Nápoles y se dirige a España en barco. Naufraga en la costa de Tarragona junto a su criado Catalinón y son atendidos por la bella pescadora Tisbea...


La obra sigue las andanzas de un seductor, encantador, libertino, egoísta sin ningún tipo de conciencia. Encuentra en su camino mujeres livianas que, salvo en el engaño de Isabela, se dejan llevar fácilmente por promesas poco creíbles. El retrato de la mujer en las obras del Siglo de Oro es el que era, desde un concepto machista del autor, que hay que entender situándonos en esa época. Cada obra es producto del momento en que se creó y hay que disfrutarla haciendo esa abstracción. Estas apreciaciones serían innecesarias si no estuviéramos inmersos en pleno siglo XXI en una corriente que rechaza y repudia todo aquello que fue escrito sin respetar la igualdad de la mujer.


La versión de Borja Ortiz es impecable y la dirección de Josep Maria Mestres saca todo el partido que permite la obra de Tirso de Molina, con el gran mérito de evitar situaciones encorsetadas o estáticas, dejando que de forma natural se recite el texto.

Hay una única escena que no está a la altura del resto, cuando el convidado acude a la cena. Eché de menos algo más de pasión, fuerza. Es una escena que debería inquietar y queda algo plana.


Los actores bien dirigidos y con unas interpretaciones, en general, muy buenas. En una plantilla tan amplia es lógico que haya desequilibrios y en algún momento algún actor/actriz no esté a la altura general o pasen más desapercibidos.

Raúl Prieto crece en cada papel que interpreta y aquí devora con su presencia y energía el escenario. Gran burlador.


La función está arropada con una delicada y sensible iluminación, una escenografía bien planteada, una escenografía que vitaliza y un vestuario de ensueño.


La versión de El burlador de Sevilla hará las delicias de los amantes del teatro del siglo de Oro y atraerá a nuevo público.

Con todo lo contado, uno se extrañaría de mi valoración (por lo menos a mí me ha hecho reflexionar). Tengo que reconocer que, salvo algunas determinadas obras del barroco español, este tipo de dramaturgia ha dejado de entusiasmarme. Su concepción está muy alejada de mis intereses intelectuales y de aficionado al teatro; lo disfruto como un entretenimiento histórico.

Texto: Tirso de Molina

Versión: Borja Ortiz de Gondra

Dirección: Josep Maria Mestres

Intérpretes: Elvira Cuadrupani, Raúl Prieto, Ricardo Reguera, Pedro Miguel Martínez, Samuel Viyuela, Egoitz Sánchez, Mamen Camacho, Pepe Viyuela, Paco Lahoz, Irene Serrano, Juan Calot, Ángel Pardo, José Juan Rodríguez, Lara Grube, José Ramón Iglesias

Escenografía: Clara Notari

Vestuario: María Araujo

Iluminación: Juanjo Llorens

Videoescena: Álvaro Luna

Producción: CNTC

Teatro: Teatro de la Comedia 13 de abril a 3 de junio 2018

Duración: 105 minutos

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