La gente feliz lee y toma café (2012) de Agnès Martin-Lugand

Novela convencional y entretenida que nos relata, sin dramatismos, cómo una mujer se enfrenta a la vida tras la muerte de su marido e hija. La escritora se autoeditó el libro en Amazon y tuvo tanto éxito que se lo publicaron en una editorial. Una curiosidad que despertó mi interés.

En primera persona, Diane nos cuenta su vida desde el accidente de coche que acabó con la vida de su marido y su hija de cinco años. Ha pasado un año y todavía no es capaz de superarlo. Su amigo Félix está siempre a su lado pero ella sigue necesitando su espacio, aislarse. Decide huir, vivir en un pueblo perdido de Irlanda que elige al azar. Allí conocerá a Edward, un vecino desagradable, mal educado, más solitario que ella. No tardará mucho en despertar en Diane su curiosidad, a pesar del mal carácter.

La muerte de unos personajes que no llegas a conocer, por su falta de desarrollo, no provoca demasiado interés en el lector y no empatiza con la situación emocional de los personajes que los conocieron. Este recurso sirve aquí para evitar el melodrama.

La relación de la protagonista con el joven irlandés es un giro que da cierto interés al argumento, más allá de la situación repetitiva y anodina en la que estaba cayendo.

El libro no sorprenderá demasiado: el prototipo de personaje misterioso y duro que oculta su corazoncito, el conflicto emocional, la aparición de "la otra"... Por otra parte, en el momento más convulso de la novela, la autora no llega a dominar bien la situación y algunas reacciones de los personajes son un poco banales.

Los diálogos y la narración son correctos, pero se detiene en exceso en los detalles anodinos, corrientes de la vida diaria. La descripción de objetos que rodean a los personajes, de sus mínimas acciones (si se sienta o levanta, si gira la cabeza, la mirada, etc.) es demasiado minuciosa. Es la típica novela que parece contar una película, que incluye sus diálogos, una voz en off (narración en primera persona) y la descripción de lo que ocurre en pantalla. El lenguaje es un poco plano y la profundización psicológica de los personajes es escasa, siendo la autora psicóloga.

Novela fresca para lectura de verano: entretiene y se lee en dos sentadas. El título tan especial del libro no se corresponde con su contenido.

Editorial: Alfaguara

Páginas: 189