Estas cosas jamás suceden (1944) de Mika Waltari

Mika Waltari siempre estará a la sombra de su gran novela y su famosa adaptación cinematográfica Sinuhé, el egipcio. El escritor finlandés (1908-1979) tiene una carrera literaria muy estimable. Vacaciones en Carnac y Estas cosas jamás suceden son un ejemplo de su interés.

Corre el año 1939, antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial pero ya con disturbios, conflictos armados y problemas fronterizos.

El protagonista debe emprender un viaje comercial hacia Grecia. Cuando llega al aeropuerto, éste se encuentra colapsado, hay restricciones en los vuelos pero consigue que un piloto lo lleve. Le acompañarán en el avión un joven radiotelegrafista y una señora de aspecto enfermizo. El mal tiempo obligará a un aterrizaje de emergencia en un lugar de Europa desconocido y el avión acabará por estrellarse. Al día siguiente el hombre y la mujer intentarán buscar ayuda y se encontrarán con una situación inesperada.

El principal valor del libro es la atmósfera de incertidumbre que va envolviendo poco a poco a los protagonistas y al lector. La actitud del hombre y la mujer que van aceptando todo lo que ocurre, se dejan llevar por su azaroso destino. Incluso dejarán de tener interés por saber el país al que han llegado. Auténticos supervivientes de un mundo convulso en el que los disparos y los muertos van cayendo a su lado, en el que formarán parte de las riadas de gente que intenta desplazarse a otro lugar. Un periodo en Europa de violencia, persecución y emigración, un preludio del escenario de la guerra que va a empezar.

Mika Waltari publicó la novela en 1944, en plena guerra, y decidió que ni lugares ni personajes tuvieran nombre. Con este efecto consigue que los personajes se integren en esa masa de gente anónima que fue arrastrada y arrasada por el caos.

La obra tiene, como contrapartida, un estilo descriptivo en exceso minucioso, que se detiene en los pequeños detalles sin importancia y, en ocasiones, rompe el ritmo que precisaría en escenas cruentas o de gran dramatismo. La parte mejor narrada la encontramos cuando el avión se estrella.

Otro aspecto que no juega a favor de la novela es la falta de detalles psicológicos de los personajes, limitándose a algún apunte anímico y a la descripción de los hechos.

Una novela corta que se lee con mucho interés y que refleja perfectamente el caos de aquel momento en Europa.

Editorial: Navona

Páginas: 125