Monta al toro blanco
Monta al toro blanco es una inteligente comedia, muy ácida, sobre la realidad de Europa. En una sucesión de breves escenas y unas pocas historias, retrata la hipocresÃa del europeo, la desorientación de los jóvenes que heredan esta sociedad, el terrorismo, la pérdida de valores, la xenofobia... los inmigrantes. Nuestra sonrisa se retuerce cuando vamos descubriendo el patetismo y la mala baba de los personajes. Guardamino nos hace entrar en un torbellino de situaciones e ideas que golpean la inteligencia y el sentimiento del espectador. Una gran catarsis.
¿Hasta qué punto es comedia el esperpento de nuestra propia realidad, esa que dejamos seguir su curso?
Los europeos vivimos en un presente llenos de insatisfacción, frustrados. La Comunidad Europea nos ha defraudado, aunque ya en los orÃgenes de su formación dejaban claro que los intereses eran puramente comerciales. Europa cambia, en el mundo acelerado en el que vivimos casi no hay lugar para reflexionar con profundidad sobre lo que está ocurriendo, sobre lo que queremos que sea nuestra sociedad; todo es reacción, pulsión descontrolada que deja paso a radicalizaciones.
Las pinceladas profundas del mosaico al que nos enfrenta Guardamino son una mirada cÃnica, humor muy negro, que evita el drama inabordable de la realidad (serÃa demasiado indigesto) que invita a esa reflexión: no solo dónde estamos, aunque se permita un toque distópico, sino hacia dónde queremos ir. Una exposición distorsionada pero verdadera de la sociedad europea para que saquemos nuestras propias conclusiones. Unas escenas que nos revuelven, nos golpean, nos hacen reÃr y nos dejan una patética mueca de amargura.
Unos diálogos y monólogos ágiles, en los que los personajes se suceden, con momentos irreverentes, descarnados, habituales en la dramaturgia de Iñigo Guardamino pero aquà más escalofriantes. Unos diálogos con frases inteligentes que saben jugar con el humor más cruel para vapulear al adormecido europeo. Las historias nos presentan ciudadanos normales que, conforme vamos conociendo mejor, nos permiten descubrir su lado más oscuro e inquietante.
Los cuatro actores, multiplicados en varios personajes, hacen un gran trabajo. Se mueven por la escena y se intercambian con precisión, se transmutan con espontaneidad. Todos ellos son capaces de atraparnos con frescura y convicción en cada uno de sus papeles. La dualidad de algunos personajes, como el "amable" austrÃaco, consigue impresionarnos. ¡Bravo!
El ambigú del teatro Kamikaze deja poco espacio para la escenografÃa y el atrezzo de esta obra que casi incluye al espectador (encoger las piernas para que los actores no tropiecen). Una mesa, una patera hinchable y la pared con una fotografÃa de una ciudad bombardeada e inundada son suficientes para meternos en situación. Los actores se van cambiando en la zona no iluminada para pasar en la siguiente escena a otro personaje. A pesar de esta precariedad, la obra vuela tan alto que nos hace olvidar ese movimiento de bambalinas en pleno escenario.
Iñigo Guardamino ha escrito y dirigido su obra con un pulso certero, un perfecto ritmo; es un microcosmos que nos representa, lamentablemente, aunque haya dejado en el tintero algunos otros temas que hubieran redondeado este mosaico. En una estupenda entrevista para la revista Godot afirma Guardamino que, si tuviera la posibilidad, habrÃa hecho una obra de nueve horas. Si no nueve, con alguna hora más estoy seguro de que conseguirÃa una fabulosa obra que recorrerÃa todo el globo.
Monta al toro blanco es una obra de teatro que invita a reflexionar, que el público saque sus propias conclusiones, sin dictados ni discursos: auténtico teatro.
Imprescindible.
Texto y dirección: Iñigo Guardamino
Intérpretes: Sara Moraleda, Rodrigo Sáenz de Heredia, Gemma Solé y Fernando Sainz de la Maza
Ayudante de dirección: Pablo MartÃnez Bravo
EscenografÃa: Alessio Meloni
Vestuario: Pier Paolo Alvaro
Iluminación: Pedro Guerrero
Producción: La Caja Negra Teatro
Teatro: El Pavón Teatro Kamikaze
20 septiembre al 3 de octubre de 2018
Duración: 80 minutos