Las Teodoras
Un monólogo que está pensado para ser un homenaje a las cómicas de la postguerra española pero que no consigue interesar, todo lo contrario, a pesar de la excelente interpretación de Chelo Vivares.
La actriz se levanta de la tumba y dirigiéndose al público empieza a rememorar sus recuerdos de toda una vida dedicada al teatro, desde la postguerra española hasta la actualidad. El argumento lo conforman multitud de pequeñas anécdotas que nos retratan la miseria del periplo de las actrices por los pueblos de España: hambre y frÃo, una vida ambulante llena de soledad... pero también un hueco para la amistad, el amor y el orgullo hacia una profesión que, en la mayorÃa de las ocasiones, no ha sido reconocida. Aunque el tono de la obra es nostálgico (a veces melodramático), algunos comentarios irónicos de la actriz oxigenan la atmósfera y el curso de la función.
Los retazos de recuerdos de la protagonista se aderezan con la interpretación de fragmentos de supuestas obras famosas (inventadas por el propio autor). Estos fragmentos representados, supongo que en su afán de testimoniar la baja calidad de las obras que representaban, producen cierto pavor por el tono desaforado, cursi y tópico de melodrama en la mayorÃa de los casos. También hay algo de canción popular. En un momento de la obra, Chelo Vivares lee un largo listado de actrices como tributo a la labor de todas ellas.
Chelo Vivares demuestra que es una actriz como la copa de un pino. Gracias a su magnÃfica interpretación podemos sobrellevar la función.
Hugo Pérez de la Pica nos ofrece su obra menos afortunada. Capaz de escribir grandes textos, se conforma con contar una historia salpicada de lugares comunes y anécdotas aburridas. No tengo ningún asidero para poder defender este texto que pretendÃa homenajear una historia de nuestro teatro y ha conseguido todo lo contrario.
Solo recomendable por disfrutar de la actuación de Chelo Vivares.
Texto y dirección: Hugo Pérez de la Pica
Intérprete: Chelo Vivares
EscenografÃa y vestuario: Hugo Pérez de la Pica
Iluminación: Miguel Pérez-Muñoz y Hugo Pérez de la Pica
Teatro: Tribueñe
Duración: 65 minutos
