La dama boba
La dama boba es la obra de Lope de Vega que ha abordado Alfredo Sanzol para La Joven Compañía de Teatro Clásico. En las dos temporadas las entradas han volado y no me extraña. Es una función que convierte el clásico en una fiesta.
Un escenario circular en un espacio pequeño e íntimo, con los actores en el centro que se mueven en todos los ángulos, se convierte en un lugar festivo y cercano en el que fluye una comedia alegre y vital con versos clásicos.
Al empezar la obra desconcierta ver unos intérpretes jóvenes vestidos con ropa actual que hablan como en otra época como si fuera su lenguaje habitual, algunos con papel de adulto que no corresponde a su edad a pesar de la barba. Pero a los pocos minutos te vas dejando atrapar con el tono de comedia, en algún momento un poco extremo, y con la fuerza que desprenden los actores y el texto. La música y las canciones nos arropan en la festividad que vivimos en la función.
La dama boba es una obra de Lope de Vega que tiene las virtudes y los defectos habituales de la mayoría de sus comedias. Versos bellos, sublimes, junto a otros de transición; enredos inteligentes que, en su exceso, colocan el argumento en situaciones poco verosímiles; finales felices precipitados con bodas para todos, en los que la mujer no cuenta para nada. No entraremos en la barrera insalvable de las ideas de aquella época y los conceptos actuales en relación a la mujer para criticar la obra, se debería ver como una dramaturgia clásica en su concepto de teatro histórico. Alfredo Sanzol ayuda al potenciar el humor en los momentos más escabrosos y consigue convertir en parodia e intención ambigua las palabras de los personajes.
La dama boba me parece una comedia que concentra todo su valor en la evolución del personaje de la dama gracias al hechizo del amor. La transformación de Finea es una de las páginas más bellas de Lope. Una lástima que se desequilibre con el exceso de lances de amor, en el callejón sin salida del amor de Nise, la hermana lista, y en el final precipitado.
En esta función hay algunos aspectos que no me han convencido: ciertos cambios en el texto (nombrar las 50 sombras de Grey, por ejemplo, me pareció sonrojante) y algunas decisiones interpretativas. Potenciar el humor tiene sus límites, lo que se gana en expresividad humorística se pierde en sutileza de personajes. La gestualidad remarcada me pareció adecuada en algunas escenas pero, en otras, convertía al actor en una parodia de sí mismo.
La versión y dirección de Alfredo Sanzol tiene luces y sombras que se equilibran consiguiendo que la obra respire vida y tenga la energía suficiente para atraer a un público poco habituado a los clásicos y que la mayoría salgamos del teatro entusiasmados y alegres.
Texto: Lope de Vega
Versión y dirección: Alfredo Sanzol
Intérpretes: Guillermo Serrano, Paula Iwasaki, José Fernández, Georgina de Yebra, David Soto Giganto, Cristina Arias, Daniel Alonso de Santos, Kev de la Rosa, Miguel Ángel Amor, Marçal Bayona, Carolina Herrera, Alejandro Sigüenza
Escenografía y vestuario: Alejandro Andújar
Iluminación: Pedro Yagüe
Composición musical: Fernando Velázquez
Producción: CNTC
Teatro: Teatro de la Comedia
2ª temporada del 18 de diciembre de 2018 al 3 de febrero de 2019
Duración: 100 mintuos
