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La resistencia


Una pareja se enfrenta a sus fantasmas personales y profesionales en este magnífico drama, con unos diálogos que dejan entrever más de lo que se dice, unos actores perfectos y una dirección brillante.


La crisis en una relación casi siempre sorprende, por lo menos a una de las partes, aunque se haya ido gestando a fuego lento. Descubriremos esa cascada de detalles que han ido influyendo en la convivencia, ellos y nosotros al mismo tiempo, en la batalla dialéctica y sentimental que vamos a ver en el escenario.


David es un escritor maduro, 55 años, que ha publicado varios libros con éxito de público y crítica. Mónica, diez años más joven que él, es una escritora que todavía no ha despuntado.

Se conocieron en un bar, el lugar en el que transcurre la escena actual. Ella era una camarera amante de la literatura cuando abordó al admirado escritor.

David acaba de publicar un nuevo libro que ella no ha leído por falta de tiempo: está concentrada en escribir su propia novela. Después de varios años de relación, están en mitad de una mudanza, al piso de él, pero Mónica necesita mantener a David a distancia mientras escribe. David ocupa su tiempo libre en reformar su piso, ceder su espacio. Cuando se encuentran en el bar, que ahora Mónica regenta, ella está distraída, distante ¿concentrada en su libro? Ella se resiste a mostrar lo que escribe y, al final, le confiesa que ha cambiado de estilo y se ha lanzado a la escritura espontánea. David le critica su decisión por inmadurez, se muestra suspicaz debido al tiempo que pasa Mónica con un joven y novel escritor, más joven que ella y un fiel admirador.



La obra nos muestra la aparente paradoja de una crisis de pareja cuando precisamente estaban planificando una vida en común. El reto de implicarse en una convivencia sentimental más estrecha, asentar una relación en una rutina que ha empezado, puede ser el primer factor que ha llevado a Mónica a mirarse, a ver cómo se encuentra ella realmente en esa relación.

La resistencia deja espacio para que cada espectador vaya sacando conclusiones y se vaya preguntando qué es lo que ha llevado a esta crisis, como las de tantas parejas. Los personajes son ambiguos, ellos mismos no reconocen sus egos, no han profundizado en lo que los mantiene unidos como pareja.

Muchos temas, muchas capas en una relación que, vista desde fuera, parece siempre lineal pero que oculta en su intimidad una complejidad que Lucía Carballal nos ha mostrado en su obra. Aspectos como el éxito en el ámbito profesional, difícil de llevar por parte de los dos y no solo por el que aspira a tenerlo; los roles tradicionales de hombre y mujer que se entremezclan en la forma de valorar las actuaciones de cada uno, con conclusiones confusas en algunas ocasiones; la necesidad del respeto al trabajo y al espacio del otro; la valoración de tu pareja, la diferencia de edad, el binomio confianza y celos...

¡Qué difícil es aceptar la sinceridad de tu compañero y qué fácil dejarte llevar por la adulación de quien no te conoce!


La obra tiene muchos momentos de pura ironía, frases dilapidarias, ataques desde la herida, frustraciones, que provocan una sonrisa desde la tragedia que vemos que se cierne sobre esta pareja.

Es una crónica de una muerte no anunciada. ¿Habrá, no obstante, una puerta de salida?

¿Es imprescindible sentir admiración por tu pareja para que exista amor auténtico?


La bella escenografía de Boromello nos sitúa en el interior de un bar, con su barra llena de copas y botellas (líquidos rojo, ámbar, azul) y el espacio de mesitas. Al fondo, se proyectan imágenes de Mónica en la soledad de su hogar: algo innecesario pero que funciona como preludio e intervalos entre actos.

El vestuario juega un papel muy interesante jugando con los contrastes que reflejan la actitud de los personajes. Ella, activa, llena de energía, con polo rojo, pantalón azul claro contrastado y botines granates. Él, con actitud reflexiva y apocada, con traje y polo de tonos grises apagados. La barba blanca que lleva Francesc Garrido también remarca la diferencia de edad y, por otra parte, su forma recortada realza su pose de prestigio o sabiduría madura.


La espléndida dirección de Israel Elejalde nos deja observar, con naturalidad de auténtico voyeur, cómo esta pareja se debate en una sutil batalla de sentimientos, reproches y frustraciones. Elejalde pauta los tiempos de diálogos y sus silencios con maestría, permite al espectador degustar qué se esconde detrás de cada frase y mantener el interés a lo largo de toda la función.


Muy buen trabajo de Francesc Garrido, a quien no había visto en teatro, y magnífica interpretación de Mar Sodupe. Entre ellos se respira química, aunque a punto de explotar.


Después de disfrutar de esta gran función, os recomiendo la lectura de uno de los mejores textos escritos por nuestras dramaturgas contemporáneas.

Texto: Lucía Carballal

Dirección: Israel Elejalde

Intérpretes: Mar Sodupe, Francesc Garrido Ayudante de dirección: Pilar Valenciano Escenografía: Mónica Boromello Iluminación: Paloma Parra Vestuario: Sandra Espinosa Vídeo: Natalia Moreno

Producción: Buxman Producciones y Teatros del Canal

Teatro: Teatros del Canal 31 de enero a 17 de febrero de 2019

Duración: 90 minutos

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