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El jugador de ajedrez (ed. 2009) de Julio Castedo


El jugador de ajedrez es la primera novela escrita por Julio Castedo, aunque publicada tras Apología de Venus, una obra impactante y magistral. En cambio aquí nos encontramos con un relato simplemente entretenido que gana en intensidad a partir de la segunda mitad: el estremecedor relato de la cárcel nazi. En 2017 se hizo una adaptación al cine con guión del propio autor.



Diego Padilla es un personaje abúlico, pertenece a esa mayoría que se deja llevar por las circunstancias, que prefiere no plantearse grandes dilemas en la vida hasta que esta sufre una gran convulsión. Cuando acaba la Guerra Civil, estuvo en el lado de los vencedores porque allí le tocó, consigue un empleo en el almacén del ejército mientras enseña a jugar al ajedrez al comandante del cuartel. Su verdadera profesión era el ajedrez y llegó a ser campeón de España, fue entonces cuando conoció a una reportera francesa, Marianne, con la que se casó y tuvo una hija. Ella no parece feliz, le reprocha que acepte la situación española, su falta de espíritu combativo. Cuando Marianne encuentra un puesto de trabajo en París él decide acompañarla. Pronto Francia será invadida por los nazis y, sin esperarlo, Diego será detenido y encarcelado.


El estilo narrativo es directo, descriptivo de los acontecimientos, sin ahondar en la España de esa época (más apolítica no puede ser esta novela), sin entrar en complejidades de personajes salvo los devaneos mentales, a veces algo pueriles, de Diego (un personaje más tonto en relación a la posible infidelidad de su mujer es difícil de encontrar). La novela está contada desde el punto de vista del protagonista, Diego, con la excusa argumental de que es un relato que escribe para su hija de ¡7 años! que no lo conoce. El contenido del relato incluye sentimientos íntimos de pareja, detalles escalofriantes y brutales en la cárcel, etc, por lo que resulta inconcebible que se lo esté contando a esa hija pequeña (aunque a veces nos diga que quizá lo entenderá más adelante...).

No es la única pirueta que no convence. Julio Castedo emplea un truco argumental propio del cine pero inaceptable a nivel narrativo: nos oculta un hecho trascendente para crear tensión dramática que se resuelve en el último momento, cuando piensa el lector que lo van a volver a detener y fusilar.


La carta escrita y el tema del ajedrez como elemento salvador del protagonista están inspirados en argumentos de Zweig, pero lejos del estilo de este maestro.


Lo mejor de El jugador de ajedrez empieza a mitad del libro, en los episodios de la cárcel. Julio Castedo consigue ponernos los pelos de punta: la veracidad con la que describe la crueldad, los asesinatos sin motivo, la fragilidad del ser humano cuando está indefenso, las condiciones infrahumanas a las que fueron sometidas tantas personas durante el dominio nazi.



Novela entretenida con un estilo sencillo que no hacía prever el salto cualitativo que el autor consiguió con su siente escrito, Apología de Venus, que recomiendo encarecidamente.



Editorial: Efecto Violeta

Páginas: 221

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