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Metálica

Delirante e irreverente comedia sobre un futuro en el que los humanos, en su búsqueda de la felicidad, han creado una sociedad consumista, virtual y solitaria en la que la satisfacción, sobre todo la sexual, llega de los robots.


La primera escena, con una reanimación provocadora, introduce el tono de lo que va a ser toda la obra. Estamos en un futuro donde los robots forman parte de nuestra vida. La familia protagonista se comunica virtualmente y el contacto físico es satisfecho con los robots. Putas, niños, dobles... un robot para cada necesidad.

Como en casi todas las obras de Guardamino, nos enfrentamos a una radiografía nada complaciente de sus personajes, una muestra de la sociedad en la que vivimos; situaciones inesperadas en las que la reacción de sus personajes nos provoca una risa que se congela por la patética ironía o el claro cinismo que translucen.


Metálica es una comedia agria, en el fondo un drama que ha elegido el humor para que traguemos mejor la píldora amarga. Parejas que han fracasado aunque sigan juntas, personajes solitarios que intentan suplir sus carencias con un objeto-robot que no les obliga a enfrentarse a su propia realidad, búsqueda de cariño sin compromiso en un humanoide que obedece con exactitud y no exige nada a cambio.

Las personas se han deshumanizado tanto que están muy próximas a las máquinas, el proceso se ha invertido: los robots no precisan parecerse más a ese simulacro de humanos.

Metálica tiene un condimento más brutal y pornográfico que otras obras de Guardamino, una auténtica astracanada provocadora con toque de locura. Desde luego, no es apto para el público convencional.


El nivel de la obra sube "decibelios" gracias a la excelente interpretación de los seis actores que se dividen en varios personajes. La caracterización de robots o humanoides es maravillosa, un trabajazo que ya en sí mismo justificaría ver Metálica (el papel de puta, abriendo la boca y los ojos de una forma seductora pero al mismo tiempo vacía, o el niño con esa cara y expresión tan inocente).


Guardamino, humorista negro y provocador, vuelve a lanzarnos un reto para mirar hacia dónde nos encaminamos. Nuestra sociedad está bien representada, aunque sea ciencia-ficción.


Cuidado con los spiderfuck!!!

Texto y dirección: Iñigo Guardamino

Intérpretes: Pablo Béjar, Marta Guerras, Esther Isla, Carlos Luengo, Sara Moraleda y Rodrigo Sáenz de Heredia

Ayudante de dirección: Pablo Martínez Bravo

Escenografía y vestuario: Paola de Diego

Iluminación: Bea Francos Díez

Producción: CDN

Teatro: María Guerrero 23 de mayo a 9 de junio de 2019

Duración: 80 minutos

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