Malaherba (2019) de Manuel Jabois

Cuando terminas de leer un libro como este, vuelves a recordar que no todo el mundo puede, o debería, escribir un relato de ficción. Hay un mínimo de cualidades y, por supuesto, trabajo. Manuel Jabois es periodista. Periodismo y literatura comparten territorios pero no lenguaje, técnica y, sobre todo, espíritu (sin ánimo de establecer límites). Muchos escritores a lo largo de la historia de la literatura empezaron en el periodismo y llegaron a destacar en narrativa. Manuel Jabois no será uno de ellos.

Tambú, como le gusta que le llamen, es un niño de diez años que un día, junto a su hermana Rebe, se encuentra a su padre tirado en la habitación y piensan que ha muerto. Un vecino, Armando, los acogerá en su casa unos días mientras se resuelve la situación y, allí, conocerán a sus hijos Elvis y Claudia.

Tambú nos cuenta su historia cinco años después, desde la visión del mundo que tenía a la edad en que ocurrieron los cambios en su vida. La incomprensión de los mayores, las batallas con los compañeros del colegio, el retrato de sus profesores peculiares, la relación con sus padres y su hermana, el despertar del deseo sexual y su amistad e inocente amor por Elvis.

El libro está escrito en un lenguaje directo, prosa escrita "a vuelo pluma" que no evita, en la parte narrativa, errores de sintaxis y expresiones propias del lenguaje hablado. El autor intenta aproximarse a las reacciones y expresiones de un niño, hacernos partícipes de la mentalidad de la infancia, pero con resultados poco afortunados: por una parte, no puede evitar expresiones y descripciones propias de un adulto y, por otra, el relato infantil es un lastre por sus múltiples obviedades o frases simplonas, insustanciales. Aunque tengo que admitir que, en ocasiones, el autor acierta con algunos "aforismos" en boca del protagonista, el estilo del relato convierte al libro en una lectura aburrida, pesada.

Lo mejor es el humor que surge a partir de algunas ocurrencias de los niños, las ideas que entresacan de su interpretación de la realidad, un tono ligero, divertido y agradecido que ayuda a seguir leyendo.

Libro prescindible.

Editorial: Alfaguara

Páginas: 186