Música de ópera (2019) de Soledad Puértolas

Cuarta lectura de Soledad Puértolas, la última novela publicada, y me reafirma en sus cualidades y sus limitaciones. Prosa bien escrita pero sin hálito, historia interesante que te atrapa sin grandes cambios, desarrollo convencional. Es una sólida narradora que perfila bien sus personajes y el ambiente en el que se desenvuelven. Música de ópera resulta una novela interesante, no la mejor.

He comenzado a escribir nada más acabarlo porque es uno de esos libros que se olvidan rápido y, además, no he tomado anotaciones, solo un par de subrayados, significativo.

La gran protagonista de esta novela es doña Elvira, reciente viuda, con dos hijos ya adultos, que hereda los fructíferos y diversos negocios de su marido. Instalada en su estatus de bienestar y riqueza, decide que un administrador lleve sus negocios y dedicar su vida a viajar, asistir a reuniones sociales y conciertos. Su gran afición será la ópera. Al estallar la Guerra Civil Española se encuentra en el festival de Salzburgo junto a su sobrina Valentina, joven huérfana que siempre dependerá de su tía. Podrán regresar a España tras un complicado peregrinaje. Alejo, el hijo mayor, permanecerá en Francia durante la guerra y Justo, el menor, se enrolará en el bando rebelde franquista.

El mundo de doña Elvira no cambiará, a pesar de la guerra, con la excepción de la incertidumbre del destino de su hijo, que irá apareciendo de vez en cuando por la casa durante sus permisos.

Aunque el argumento recorre la vida de tres generaciones de una familia, la última interesa tan poco que incluso la autora la deja al poco de empezarla. El personaje de Valentina irá cobrando importancia pero tendrá un giro inesperado que la autora deja caer de forma inexplicable.

Lo más interesante de Música de ópera se encuentra en la descripción del ambiente burgués en unos tiempos en los que era impensable que se mantuviera intacto. Pasaremos por ese episodio de la guerra como si fuera un inconveniente, sin vivir la tragedia que ocurría al lado. Soledad Puértolas consigue con gran verosimilitud plasmar esa gran paradoja a través de un personaje desarrollado con enérgico pulso, doña Elvira. Los hijos antagónicos, las buenas nueras y la fiel sobrina, son los que define mejor la escritora, y consigue que nos interesen sus visicitudes. Por la novela pasan muchos otros que carecen de desarrollo suficiente.

En varias ocasiones he comentado que no me ha gustado un libro por su vulgar escritura y aquí el placer de la esmerada narración de Púertolas ha sido un oasis, pero tan pulcro y sin garra que no sobrepasa la corrección académica. Si añadimos frecuentes descripciones sin interés, reconozco que en algún momento me ha aburrido a pesar de los múltiples acontecimientos de esta familia.

Os recomiendo Todos mienten (1988) o La señora Berg (1999)

Editorial: Anagrama

Páginas: 274