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Celeste Flora



Celeste Flora es una obra de Juan García Larrondo que merecía llevarse a escena con mayor fortuna. La mala dirección de Natividad Gómez y la hierática y lamentable interpretación de Salvador Siguero convierten la función en una dura experiencia.






A diferencia de Verjas, en la que Natividad Gómez decidió cambiar partes fundamentales de la obra, mermando el texto original, en Celeste Flora ha respetado la palabra de Juan García Larrondo.

Es el año 1934. En una cárcel española está presa Celeste, una profesora que ha matado a cinco niñas. Allí acude un prestigioso psiquiatra francés para intentar dilucidar si Celeste está cuerda o tiene una enfermedad mental. La diferencia supondrá la pena de muerte o la cadena perpetua. Asistiremos a las entrevistas o sesiones que tienen lugar con el objeto de estudiar su caso. De forma inevitable, a pesar de las posturas distantes de cada uno, por distintas razones, se irá produciendo un acercamiento personal.

La obra se plantea con una estructura de flash back a partir del final del proceso. Un texto interesante en el que se mantiene la intriga sobre los motivos del asesinato mientras se desarrolla una relación entre presa y psiquiatra. Un interés que no se consigue en escena por la forma de ser llevada, con dos actores que mantienen actitudes similares de principio a fin: ella siempre apocada y él distante y frío. La dirección de Natalia Gómez obliga a los actores a hablar, casi todo el tiempo, de cara al público (no hay problemas de audición en esta sala) matando todo diálogo entre ellos. Imposible la verosimilitud de una relación entre dos personajes que no se miran apenas. Tampoco ayuda cuando se agarran con las dos manos a las rejas para declamar, ni las limitadas actitudes interpretativas de Salvador Siguero.


Escenografía sencilla en la que se incluye la mesa en la que escribe el psiquiatra, una cama (sic), una verja en el lateral (que dificulta la visibilidad del público sentado en esa zona) y, al fondo, un jardín (de flores artificiales) que sirve de base para ver llegar al psiquiatra que siempre trae un ramillete de flores a Celeste.


Ver esta función ha servido para tener las ideas más claras y no dar más oportunidades a Natividad Gómez. Dos es suficiente.

Texto: Juan García Larrondo

Dirección: Natividad Gómez

Intérpretes: María José Varo, Salvador Siguero

Escenografía: Cándido Monge

Iluminación: Francisco J. de los Ríos y Jesús Alemendro

Vestuario: Natividad Gómez

Producción: La Paranoia de Trastaravíes

Teatro: Sala La Usina Diciembre 2019

Duración: 90 minutos

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