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Los nadadores diurnos



Este montaje es una secuela de "Los nadadores nocturnos", inolvidable obra que pude ver en 2015.

"Los nadadores diurnos", con una estética que utiliza mucho performance y teatro narrativo, con una deriva filosófica de lugares comunes que quiere abarcar mucho y apenas alcanza, a pesar de las buenas interpretaciones y algunos momentos atractivos, no consigue interesarme en la mayor parte de sus 140 minutos de duración.





La estructura fragmentaria de "Los nadadores diurnos" contiene un débil argumento: la deriva de los personajes a un salón de belleza en el que curar sus heridas emocionales o existenciales y prepararse para la nueva vida, o la muerte, en una confusa conjunción de amor. Todo el montaje recae en escenas visuales atractivas y píldoras musicales reseñables junto a largos discursos que abarcan varios temas que, en un envoltorio de profundidad, no pueden ocultar la superficialidad de la propuesta: en la obra se habla del amor, la soledad, la fragilidad de la vida, Dios, el sexo... entre lo banal o manido y con varios momentos de grandes vuelos pretenciosos (¡qué mal resuenan los adjetivos literarios en boca de algunos personajes!), con inclusión de referencias bíblicas, cinematográficas, literarias o filosóficas. También hay lugar para denuncia social de lugares comunes sin ahondar en nada: la pederastia del clero, el mendigo ignorado... Parte del aderezo lo conforman algunas escenas provocativas sexuales (para quien escandalice a estas alturas de la vida y de la civilización este tipo de elementos): fotografías de pene con clavos, masturbación de pareja junto al público, desnudos. En fin.


Se hace muy larga la función con sus dos horas y veinte minutos, no convence el argumento, ni gran parte de las divagaciones "filosóficas" tipo Paulo Coelho. Convence mucho más el sentido monólogo de soledad de una mujer, por ejemplo, que todo el resto de pretenciosidades discursivas.


He disfrutado más con algunas escenas performativas de gran fuerza y extraña belleza, apoyadas en una escenografía e iluminación imaginativas y con unas sugerentes interpretaciones musicales: maravilloso cello, misterioso saxo, cálidas voces. El movimiento escénico corporal también ha formado parte de lo mejor de la función, con el memorable número final al estilo de "Sense 8". Aunque la obra tiene varios finales: cuando piensas que ya ha acabado hay una prórroga y así varias veces (frustrando la deseada salida del teatro).


Todo el elenco actoral ha estado a gran altura, con el maestro Juan Codina a la cabeza. La versatilidad de estos intérpretes ha conseguido contener el naufragio de estos nadadores esforzados y diurnos, al menos en parte.


Seguiremos recordando a los nadadores nocturnos con mucha nostalgia.




Texto y dramaturgia: José Manuel Mora

Dirección: Carlota Ferrer

Intérpretes: Enrico Bárbaro JR, Carlos Beluga, Julia de Castro, Juan Codina, Carlota Ferrer, Tagore González, Manuel Tejera y Alberto Velasco

Escenografía: Eduardo Moreno

Iluminación: David Picazo

Sonido y composición musical: Tagore González

Vestuario: Carlota Ferrer

Ayudante de dirección: Manuel Tejera

Producción: Prevee SL, Draft.Inn y Teatro Español en colaboración con el Teatro Principal de Zamora y el Laboratorio de las Artes de Valladolid

Teatro: Teatro Español Del 8 de febrero al 5 de marzo de 2023

Duración: 140 minutos

























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