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No sólo duelen los golpes



Un monólogo de humor ácido con un discurso antisistema y feminista que denuncia la sociedad patriarcal y el maltrato machista.





Esta obra viene representándose desde hace ocho años, de forma discontinua, en el teatro del Barrio. Es un proyecto personal de Pamela Palenciano, la intérprete que en su monólogo nos cuenta su historia de maltrato pero que, en realidad, quiere hablar de la sociedad disfuncional en la que vivimos, una sociedad que aparenta ser abierta pero que se enfrenta a un retroceso sin haber corregido la discriminación, el machismo, la violencia de género, el patriarcado sempiterno.


Pamela Palenciano utiliza una técnica próxima al stand-up (sin micrófono): un monólogo que dirige al público de la sala, humorístico y crítico, con una exposición de su visión del mundo aderezada con anécdotas costumbristas y personales. Su interpretación es la de una mujer sin pelos en la lengua, de procedencia obrera, malhablada (alude a la choni típica), que gesticula e imposta la voz para marcar con orgullo su desparpajo y procedencia (lo mismo para el rol de personaje machista). Personaje e intérprete se fusionan, son la misma persona.

Durante la primera hora el espectáculo es refrescante, el personaje y su discurso, aunque irregular, es muy atractivo pero, conforme continúa la función, empieza a perder interés porque no cambia los recursos (gestuales, dialécticos y discursivos, todos ellos muy remarcados) y la frescura desaparece. Repite de forma innecesaria demasiados elementos, por ejemplo, esas manos que nos coloca a diferente altura para señalar gráficamente la discriminación de género, social, racial, económica...

Si el discurso aleccionador quedaba diluido en la primera parte por el torbellino vital y cínico en una dinámica inteligente y sincera, llena de verdad, ese mismo discurso queda ya desnudo cuando me he despegado de la función y me replanteo si es realmente necesario que el teatro social acabe siendo una lección de aula, si todo tiene que estar remarcado en lo básico.

Me resultó paradójico que la parte personal del maltrato que aborda está peor dibujada que otras escenas que nos relata, quizá tras el tiempo pasado Pamela Palenciano está más interesada en la exposición general social que en lo individual (tendría su lógica). Con humor, nos repite que no todos los hombres son maltratadores (por si alguien todavía interpreta este tipo de denuncias en ese sentido) y nos señala que algunas cosas que cuenta son de los noventa (hay ciertos elementos machistas y sexistas muy desfasados, que ya no se dan en España).



Quizá me equivoque pero "No sólo duelen los golpes" es una función de denuncia a la que no se acercará el público al que estaría dirigida para sensibilizar, provocar una reacción positiva en los que necesitan cambiar, que son muchos más de lo que parece.

El público que acuda, aunque no necesita el discurso directo, sonreirá amargamente con el cinismo veraz con el que expone la discriminación de la sociedad patriarcal de nuestros (todos los) tiempos, confirmará con la intérprete que queda mucho por recorrer.




Texto, interpretación y vestuario: Pamela Palenciano

Dirección: Dario Valtançoli

Iluminación: Tony Sánchez

Producción: Elisabeth Palenciano

Teatro del Barrio

Duración: 90 minutos

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